Zapato y un tero forman al zapatero!

Esta entrada parece un poco insulsa, pero me propuse escribirla porque cuando somos padres todo es un gasto, y todo gasto no es menor. Especialmente cuando invertimos en un calzado.
El tema es el siguiente:
En qué me debo fijar a la hora de comprar un calzado para mi hijo?


Estas son mis recomendaciones para comprar un buen producto con un acorde precio-calidad:
1) Tener en cuenta la edad del bebé-niño: no sólo por el número a pedir, sino también por el tipo de suela que corresponde. Si el bebé no camina y no se para, la suela debe ser lo más blanda posible, es más, todo calzado a esa edad es más un accesorio de adorno que una necesidad real. Se puede tener al bebé en medias, con los pies cubiertos con escarpines, con los ositos o en patitas en verano.
Si el bebé comienza a pararse o a dar sus primeros pasos, es recomendable que se lo tenga descalzo la mayor cantidad de tiempo posible, incluso sin medias, para que afirme mejor el pie en el piso. Mientras menos zapatillas les pongamos en esta etapa mejor!
Si el bebé-niño ya camina hace tiempo, la suela debe ser dura para que lo acompañe en otras superficies como la calle también debe considerarse un calzado que se ajuste bien en el pie y que no le baile al ritmo de una ojota loca. Es bueno ver que la suela sea de goma y tenga buenos frenos.
2) La practicidad: palabra inventada por mí aparentemente. Bueno, lo práctico, así vamos a lo claro. Muchas veces compramos zapatillas DE CORDONES (no de condones, esas no existen) para bebés chiquititos, y no se abren lo suficiente como para que el pie entre, además te voy a decir algo que nadie te cuenta, cuando le querés poner una zapatilla a un bebé FRUNCE EL PIE! Haciendo la tarea más difícil aún. Una, con esos 5 minutos que tenés para prepararlo y salir a la pediatra, termina sacando toooooodos los cordones, metiéndole el piesito y pegándole a la suela para que la zapatillas de MIÉRCOLES termine de ENTRARRRR! Si, no son nada prácticas... La mejor opción son los velcros, aunque el bebé termina por descubrir cómo se abren, es lo más rápido y menos doloroso para los dos.
3) La marca es lo de menos, vos sos un zapato bueno: muchos padres le compran a sus hijitos zapatos de marcas como sus zapatillas y gastan dinerales. Otros van a casas de ropa para chicos y las compran ahí (Mimo, Cheeky, Grisino) A mi me tiraron el dato (no sé si es verdad o no) que Atomik le hace las zapatillas a Ckeeky... Y los otros días mi sorpresa fue grande cuando en un local de Grisino descubrí las mismas zapatillas que usa mi hijo, pero de marca Greep, ambas tenían en sus suelas muchas G. Así que amigacha, antes de darle un zacudón a esa pobre tarjeta pensá que en realidad, la marca no es importante.
Se pueden conseguir buenas zapatillas y a buen precio en los supermercados por ejemplo, en las zapaterías barriales y si conocen algún outlet, AVISEN!
4) La temporada: muchas veces no tenemos en cuenta de comprar lo justo y necesario, o sea, ahora, por ejemplo, estamos comenzando la temporada primavera-verano y necesito unas sandalia para mi hijo que HOY calza 22 entonces no es conveniente que le compre un número mayor a 23 para que llegue el otoño y el calzado le siga entrando.  Con esto me refiero a que no debo comprar hoy un número 25, por ejemplo, porque no las va a usar este verano y además porque se le salen y es posible que en la primavera que viene ya le quedan muy justas. Con las zapatillas VIVE EL PRESENTE HERMANA. Es así. Sé que duele pagar por algo que no se usa tanto.
5) El precio: si ya sé, lo dejé para lo último, pero no es menos importante ehhhh!!! Hasta cuánto estamos dispuestos a pagar por un par de zapatillas que se usaran unos escasos 4 meses como mucho? Vale la pena hacer una buena muestra y quedarnos con aquel que nos ofrece un producto que no se va a romper a los 4 días, pero que no nos rompe la cabeza a la hora de cobrar... Mientras tanto, tenemos al chico descalzo e imponemos la moda hippie!!!